Por Giuliana Chiappe
Las golosinas que amábamos de niños siempre nos remiten a momentos felices, aunque ya no las veamos en el mercado. ¿Recuerdas estas chucherías?
Recordar las chucherías que nos gustaban cuando éramos niños es trasladarnos a momentos felices: la merienda de la tarde después de hacer las tareas, las piñatas de los amiguitos, la casa de la abuela o las idas al cine con los hermanitos. Algunas ya desaparecieron de los anaqueles pero su sabor nos sigue dando felicidad.
A continuación, recordamos 5 de estas chucherías, aunque sabemos que hay muchas más que quedaron tatuadas en la memoria gustativa de quienes han crecido en Venezuela.
1. Rockolate
Era una barra de arroz inflado y caramelo recubierta de chocolate. Tenía mucho arroz inflado y como amontonado, lo que la hacía una chuchería súper crujiente.
El comercial de lanzamiento era muy pegajoso. Por cortesía de asieravenezuela.com podemos revivirlo:
Rockolate era de Savoy.
2. Reinitas
Lo crujiente de la galleta y la mermelada de fresa que era dulce y elástica hacían de las Reinitas de Nabisco una galleta muy especial.
La masa de la galleta tenía forma de corona, lo que justificaba el nombre real. Estas galletas venían en paquetes de 12 galletas o en pequeños de dos galletas, ideales para la lonchera.
Nabisco no comercializó las Reinitas en muchos países, pero sí en Venezuela donde fueron muy populares. En otros lugares, como México, se conocen más las «Tartinas» de Marinela, que también son galletas con pozo de mermelada.
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3. Paspalitos
Al preguntar ¿cuál es la chuchería de antes que siempre recuerdas?, siempre habrá quien mencione a los Paspalitos de Savoy. Eran galletas tipo waffle pero con un relleno de queso, la chuchería salada por excelencia en los 70 y 80.
Venían (igual que casi todas las golosinas de aquella época) en paquetes pequeños de dos galletas o en latas para compartir.

4. Ping Pong
En 2020 regresó por un tiempo pero en este momento no está disponible en el mercado. Foto cortesía
El Ping Pong era una de las golosinas favoritas de varias generaciones de niños. Estas esferitas de maní tostado recubierto de chocolate de leche acompañaban la infancia venezolana desde 1949. Venía en presentación individual y familiar (primero en lata y después en bolsa) y, al principio, tenía un goloso osito como imagen.
Luego, por una nueva ley venezolana que prohibía la humanización de animales para fines comerciales, la cambiaron por una imagen más abstracta.
El Bolero, que era como el hermano de Ping Pong pero con arroz inflado en vez de maní, también era una longeva chuchería de Savoy e igualmente desapareció del mercado venezolano.
Ambas golosinas fueron relanzadas, en edición limitada, en 2020, con un empaque renovado y el mismo sabor. En este momento no están en el mercado, aunque sabemos que, si vuelven, mucha gente estará feliz.
5. Miramar
El mundo de los chucheros se divide en tres: a los que le encantaba el Miramar, los que lo odiaban y los que solo lo compraban por las almendras con chocolate oscuro.
Con una bolsa muy identificable de color azul rey brillante, el Miramar resaltaba en todas las ventas de chucherías. Se trataba de frutillas confitadas, conchitas de naranja, avellanas, pasas y maní envueltos en chocolate de leche, unos, y oscuro, otros.
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Si lo extrañas mucho, puedes recordar el sabor con el helado de Miramar de Fragolate, que lo revisitan muy bien.
Los niños de los 60 y principios de los 70 vivían una experiencia maravillosa en las grandes tiendas de la marca Savoy, como la de Sabana Grande: podían comprar las bolsas de «recortes», con pedacitos de chocolates al azar.
Eran más económicas que comprar las chucherías enteras y eran precisamente eso, «recortes» que quedaban al cortar los chocolates del tamaño en que se vendían.
Eso terminó porque Savoy dejó de «recortar» los chocolates porque empezó a hacerlos con moldes, y ahora se aprovecha más productivamente el chocolate.
Pero la ilusión y la sorpresa de lo que se encontraría en esa bolsa aún permanece
El Estímulo